A tono, digamos, con la frasecita repetitiva y cacareada de AMLO, el presidente.

PASAMANOS: De pronto, la pasión guinda y marrón alcanza intensidad volcánica impetuosa que las familias (padres, hijos, tíos, primos, compadres, etcétera) terminan conflictuados.
A menos, claro, que en algún pariente quepa la prudencia y la mesura y de plano pida cambiar de conversación para evitar peores desaguisados.
Con todo, hay familias que de plano (y como ha venido sucediendo desde hace cinco años y cinco meses) terminan peleados.
Y, claro, sin hablarse.
Peor tantito, soslayando cualquier reunión familiar para evitar la contraparte.
“Entre más lejos, mejor” se dicen en forma indirecta.

CORREDORES: Todo indica, la fiebre obradorista se está dando tupido y duro entre las personas que en forma tradicional nunca se han integrado en la fila para votar en las urnas.
Es más, el partido obradorista de MORENA los selecciona entre los manifiestos abstencionistas.
Increíble, pero los Servidores de la Nación metidos en el operativo aplican la estrategia de los protestantes de la Atalaya de pasar de casa en casa vendiendo la buena nueva.
El mundo por venir. El mundo maravilloso donde todos, sin excepción, vivirán en el paraíso terrenal con un empleo seguro, confiable y pagado con dignidad laboral y sin sobresaltos en el día y la noche con tanta violencia como ahora.
Tan efectivos son en su discurrir que cada vez, parece, ganan más adeptos y feligreses para su capilla partidista.

BALCONES: En la rebatiña de las conciencias, las lealtades y las definiciones pareciera que los morenacos van ganando la batalla cívica y electoral.
Es más, los promotores guinda y marrón se están yendo sobre las parejas de la sexta y séptima década que viven solas.
También, sobre las señoras viudas y divorciadas y que viven solas, pues aun cuando tienen hijos cada quien en su domicilio particular.
Casi casi como si en el lado obradorista tuvieran el mapa social y civil de las familias y los habitantes de una casa en cada pueblo.

PASILLOS: De por medio, la pelea estelar por los seis años de la presidencia de la república y la gubernatura.
El manejo discrecional del billete público.
El tráfico de influencias para repartir cargos políticos.
El nepotismo para incorporar en la nómina (y los negocios) a la familia, los compadres y las barbies.
La asignación por Dedazo de la obra de infraestructura a las compañías constructoras de los funcionarios y los socios, aliados y cómplices.
La posibilidad de integrar empresas fantasmas al calor de cada mes del sexenio.
Con todo, los únicos ganones son las tribus encumbradas en el poder porque los ciudadanos “terapeados” para votar por MORENA y/o el Frente Opositor son “carne de cañón”.

VENTANAS: Los morenacos se están movilizando como las panteras, de manera sigilosa y con bajo perfil.
Sumando electores a su cuadrilla.
Allá los opositores, adversarios y enemigos si también están operando y/o por el contrario, “están dormidos en sus laureles” creyendo que el mal gobierno de Cuitláhuac García Jiménez hará el milagro de tumbar de su pedestal a los candidatos obradoristas.