Ahora, con 33 (treinta y tres) Colectivos en los cuatro puntos cardinales del Estado jarocho, los Colectivos siguen rastreando pistas, datos, huellas, rastros, tips de más y más y más fosas.
En las próximas dos semanas, por ejemplo, removerán la tierra (otra vez), y “ni más ni menos” en la Academia de Policía.
Además, buscarán fosas en los municipios de Emiliano Zapata y Úrsulo Galván.
El avisito parroquial por ahí que en la Academia de Policía, allí donde forman a los mejores servidores públicos, hay más y más fosas.
Incluso, hasta un mapa de rastreo les fue enviado.
Mientras, la Comisión Estatal de Búsqueda reporta seis desaparecidos más. Dos mujeres y cuatro hombres. El epicentro en Poza Rica y Tuxpan, en el norte de la entidad.
Escalofriante, una mujer más feminizada. Fue en Santiago Tuxtla. En el camino a Tapalapan. Por ahora, desconocida su identidad.
Y, claro, Veracruz escurriendo más sangre.
En Tezonapa, un comerciante asesinado.
En Hueyapan de Ocampo, un campesino ejecutado.
Y en Tlapacoyan, un taxista acribillado.
Indicativa y significativa la reacción social y popular ante el Veracruz deshecho de la 4T, MORENA, el obradorismo, la purificación moral y la honestidad valiente.
En la carretera transístmica, en el sur, a la altura de Oluta, par de sicarios intentaron asaltar una Distribuidora de Alimentos.
Entonces, y cuando llegaron trepados en una motocicleta y disparando, un ganadero, cliente, sacó su pistola y comenzó el rafagueo.
Resultados: los pistoleros salieron huyendo y el asalto, el atraco y el despojo fue frustrado.
Casi casi, como los vecinos en varias ciudades urbanas integrados en comités de autodefensa deteniendo a ladronzuelos de casas y rateras de tiendas, maniatados de manos y pies, semidesnudos, madreados y amarrados a un poste de luz y teléfonos.
Es el Veracruz polvoriento de Cuitláhuac García Jiménez.
Es el Veracruz que AMLO, el presidente, continúa permitiendo y tolerando aquí, donde, asegura pavoneándose, que también dejó enterrado parte del ombligo.

II (Delito de lesa humanidad y en el tiempo de la purificación moral)
Hay muchos pendientes sociales “en la noche tibia y callada de Veracruz”:
Uno. El desempleo, el subempleo, los salarios pichurrientos y la migración a Estados Unidos.
Dos. La baja y peor calidad educativa y en todo el sistema.
Tres. La peor calidad en el sistema de salud.
Cuatro. El duro y rudo estancamiento social para el desarrollo humano.
Pero el más intenso y volcánico es vivir con sobresaltos.
Y como en el caso, con la sombra ominosa, fantasmal, aterradora y perturbadora de las fosas clandestinas.
Los malos, aliados con frecuencia con las tribus políticas, secuestrado y desapareciendo y asesinando personas.
Y de ñapa, enterrando los cadáveres en fosas.
Fosas donde como canturrea el viejito del barrio, “nadie sabe ni nadie supo”.
Únicamente los carteles y cartelitos y una parte de los policías y jefes policiacos informados, enterados, del lugar concreto y específico de la fosa clandestina.
Entonces, el peor calvario de los familiares rastreando pistas, huellas, tips, soñando, deseando, esperando encontrar a los suyos, entre otras cositas, para la sepultura en el panteón de sus pueblos.
Insólito, insólito, insólito:
Fosas hasta en la Academia de Policía de la secretaría de Seguridad Pública.
Los policías y jefes policiacos, aliados con los malandros, para sepultar en la Academia de Policía a las personas asesinadas.
La más dura y ruda perversidad humana de que se tenga memoria.
José Stalin, Rafael Leónidas Trujillo, Atila, etcétera, en un largo y extenso memorial de la rudeza innecesaria.
Quizá convendría preguntarse como Zavalita, el reportero de Mario Vargas Llosa en la novela “Conversiones en la catedral”, en ningún momento cuándo se jodió Veracruz, sino las razones por las cuales Veracruz se fue jodiendo poco a poco, de sexenio en sexenio.
Antes como antes y ahora como ahora, el pecado mortal “de lesa humanidad” está vigente.
Las fosas clandestinas, como única herencia histórica de Javier Duarte a Cuitláhuac García.
Posdatita: De acuerdo con las versiones el jefe máximo de MORENA, Mario Delgado, ex amigo de Marcelo Ebrard Casaubón, impartiría conferencia de prensa con Rocío Norma Nahle García en la ciudad jarocha.
Y de pronto, ¡zas!, el trascendido (¡Oh, Arturo Castagné Couturier con denuncia penal en la Fiscalía General de la República!) de que la zacatecana también es dueña de un departamentito en Estados Unidos.
Más cuando días anteriores “amarrándose el dedo antes de la cortada” juró y perjuró en redes sociales que ni tiene propiedades en la Ciudad de México ni tampoco en el extranjero.
Y Mario Delgado (indicativo y significativo, caray) suspendió la rueda de prensa.