en Tlatelolco, en la ciudad de México.
Y dos, “Danzón”, filmada en el puerto jarocho, enalteciendo, entre otras cositas y en medio de historia de amor, el himno nacional de Veracruz como es el danzón, a tono, quizá, con la salsa.
Pero como política, enalteciendo la UV su trabajo como diputada federal y senadora de la república, mucho se duda.

DOS. Utopía de la UV…

Por ejemplo, la UV subraya que María Rojo “ha buscado una sociedad más equitativa”.
Y también, “un mundo más justo y solidario”.
Bastarían los siguientes datos oficiales:
Seis millones de los ocho millones de habitantes de Veracruz en la miseria, la pobreza y la jodidez.
Seis de cada diez habitantes de “la república amorosa y humanística”, en la jodidez total.
Doscientas cincuenta familias en el país, dueñas de más del sesenta por ciento de la riqueza nacional.
El país, produciendo al hombre más rico del mundo como es Carlos Slim Helú, y de paso, todavía, el magnate más enriquecido de la nación.

TRES. Veracruz migrante

La nación, como productora de migrantes a Estados Unidos, sobre todo.
Treinta millones de mexicanos huyendo de México, primero, ante el desempleo y el subempleo, y segundo, ante los pichurrientos salarios de hambre.
Más de doscientos cincuenta Colectivos, integrados con padres con hijos y parientes secuestrados y desaparecidos, revoloteando la tierra buscando a los suyos.
Niños muriendo de cáncer, entre otras cositas, porque los padres carecen de recursos para comprar medicinas tan caras.
Y cada mes porque las cajitas de medicamentos apenas, apenitas, tienen treintas pastillitas para un mes.

CUATRO. “Cinco pies al gato”

Entonces, mucho, demasiado se duda que María Rojo buscó y logró con resultados concretos y específicos “una sociedad más equitativa, justa y solidaria”.
Vaya, ni siquiera un “mundo solidario” en un país (y un Veracruz) con el más terrible y espantoso decibel feminicida.
Y en donde, caray, las parejas de las mujeres feminicidas han quedado como culpables.
¿”Mundo justo y solidario”… con el machismo?
Está bien, súper, que la máxima casa de estudios honre a María Rojo, pero en su carrera cinematográfica sin “andar buscando cinco pies al gato”.
Vaya, en momento estelar cuando la actriz llegara a Xalapa y estudiara Teatro y actuara en varias obras y filmes cinematográficos, de pronto, se miró a sí misma y miró lejos y llegó a santísima conclusión:
“Si me quedo aquí seré la María Rojo exitosa pero únicamente aquí, en Xalapa”.
Entonces, “quemó sus naves” en Xalapa y el Estado de Veracruz y agarró camino a la Ciudad de México, la metrópoli más grande del planeta para actuar en las grandes filas y regodearse con los mejores entre los mejores.

CINCO. Incienso esotérico

Por ahí, entonces, el Honoris Causa.
Peor cuando mucho se duda existan por ahí unos políticos, unos grupos políticos, que obtuvieran resultados sobre “una sociedad más equitativa, justa y solidaria”.
Por el contrario, con tanta pinche corrupción oficial “la sociedad equitativa” únicamente habrá aterrizado para los políticos encumbrados en el ejercicio del poder público y sus familias y con negocios, digamos, lícitos e ilícitos.
Ellos sí, con mansiones, camionetas blindadas, lotes, edificios, departamentos en Estados Unidos, ranchos, estudios de los hijos en universidades extranjeras, viajes por el mundo, tarjetas de crédito, comilitonas en restaurantes VIP y ropa, calzado y joyas de marca.