Personas admirables
**Devoción para ellas
**Gran huella positiva
EMBARCADERO: Hay personas, jefes y amigos que inspiran y alientan y animan y reaniman, además del respeto y el cariño y la admiración, una devoción excepcional... Incluso, “a prueba de bomba”... Por ejemplo, y en el caso, el sacerdote don David Constantino García... Satanizado por las tribus políticas del pueblo, condenado por el obispo de Veracruz en turno, aislado de los deberes religiosos, acusado con el Cardenal y el Nuncio Apostólico de la época, con oficios en contra enviados
Luis Velázquez
al Vaticano, nunca, jamás, reviró a los críticos, sus iguales, sus pares, curas todos…
ROMPEOLAS: Y siempre miró pa’lante… Sin escuchar el cántico siniestro y sórdido de las sirenas… Con oídos sordos a los críticos, enemigos y adversarios… Opositores todos a su apostolado católico… Su legítima interpretación de Jesucristo y la Biblia… Incluso, obligado a mendigar a los presbíteros un espacio cada día para oficiar y a la que por ley y reglamento está obligado cada ministro de Dios… Es más, cuando alguien por ahí lo injuriaba y ofendía siempre contestaba con una sonrisa y un adiós… Es más, una sonrisa indescifrable, pues el interlocutor nunca acertaba si estaba enojado o era diplomático…
ARRECIFES: Mucha, muchísima devoción inspiraba el doctor Diódoro Cobo Peña… Cardiólogo especialista en niños era maestro en el Ilustre Instituto Veracruzano en el día y la tarde/noche… Era académico en la antigua facultad de Periodismo de la UV… Y escritor… Escribía libros, digamos, de texto, las materias impartidas, entre ellos, sobre Pedagogía, Literatura y Filosofía… Y como en la plaza pública en Atenas, solía entablar diálogos en tertulias educativas con los alumnos… Insólito: solía prestar sus libros a los jóvenes interesados… Y les daba seguimiento y anotaba en una libretita el nombre del nombre y el nombre del muchacho y el grado escolar y el día… Y es que muchos de los estudiantes se regían por el principio universal: libro prestado, libro expropiado…
ESCOLLERAS: Devoción para la maestra Praxedis Lagunes Capistrán… Ella también solía prestar sus libros… Ponía su biblioteca particular a las órdenes de los alumnos… Tenía un grupo de chicos para la tertulia literaria… Y cada sábado en la tarde, la reunión profesoral en su casa… Con cafecito de olla preparado por ella misma… A veces, el inolvidable y memorable sándwich… Y el intercambio de impresiones y sensaciones a partir de la lectura de los libros… Ella, como una brújula, orientando y reorientado el significado de los hechos, las circunstancias y las cosas…
PLAZOLETA: El periodista Ricardo Rubín Pulido, el famoso autor de la columna “A cien por hora”, leía párrafo por párrafo en el texto narrativo de un amigo… Y con un lapicero en la mano marcaba aciertos y errores… Y analizaba, mejor dicho, escudriñaba cada oración… Siempre ensayando una nueva forma de decir lo mismo… Digamos, buscando la técnica narrativa memorable y citable para impactar al lector tan exigente… En una columna de medio pelo solía invertir hasta dos horas… Siempre respetuoso, lejos de la pedantería, sin soberbia, modesto, sencillo y humilde… Su conocimiento impactaba más, mucho más…
PALMERAS: Son, entre otras, las personas que en un momento estelar fueron generosas y solidarias y despertaron una devoción extraordinaria… Y ahora, cuando vamos hacia el final del año nada mejor que la nostalgia, aun cuando siempre se tiene un altar para ellos en las neuronas y el corazón y se les prenden veladoras para la vida eterna… Dejaron mucha huella, huella positiva, en la vida de muchos…
Nieves del Carmen Sánchez Gomez 28 Nov, 2023 - 18:06
Excelente Maestro de Maestros le Abrazo con Profunda Admiración y GRAN CARIÑO