De hecho y derecho, un políglota.
De aquí partió a Morelos casado. Y tienen dos hijos. Uno, el mayor, es ingeniero y trabaja en un consorcio industrial. Y la hija, es doctora. Y labora en un hospital público. Y los dos hijos hablan inglés, francés y alemán.

DOS. Mirando pa’lante

Callado y discreto y con bajo perfil en la facultad de Ingeniería y en la vida, siempre anda con un libro para leerse en las horas libres.
Pero, además, como disciplina de vida. Semanas cuando, por ejemplo, suele leer dos libros. Digamos, unos ocho al mes. Ochenta en diez meses.
Entonces, una vasta y sólida cultura. Tanto vivencial como libresca. Y adquirido y amacizada en las tertulias.
Jamás en sus días y noches ha tenido espacio ni tiempo para el desaliento y el desencanto.
Está seguro de que “las cosas malas por alguna razón se dan”. Entonces, suele mirar con optimismo todas las cosas y hechos que se le atraviesan.

TRES. Genio e ingenio

Es ingeniero dedicado a la ciencia. Su tarea es crear y recrear productos y servicios. Equipos, talleres y laboratorios. Máquinas y hasta robots.
Su ingenio y creatividad le han abierto las puertas en la empresa mundial. Incluso, lo miran y consideran un genio.
Y como el genio con ingenio sigue dando resultados, entonces, más lo apapachan los jefes.

CUATRO. Bajo perfil

Nunca ha aceptado un cargo gerencial. Si acaso jefe de un laboratorio. Un taller.
Pero dato indicativo y significativo: donde puede estar al frente de unos cuantos profesionales para facilitar las tertulias alrededor de los inventos… y que, bueno, por eso mismo le pagan.
Labora de lunes a viernes. Y desde el viernes de la tarde suele tomar el tren en Suiza para pasar el fin de semana con la esposa, también originaria de Veracruz.
Y siempre suele llevarse dos libros. Uno, que está leyendo. Y el otro, por si el primero lo termina en el asueto.
El lunes llega al trabajo con nuevas ideas, sugerencias y aportaciones.

CINCO. Convivencia familiar

Su familia (su señora madre y hermanas y tíos y primos) viven aquí, en la ciudad jarocha, y los suele visitar el fin de año.
Y de allí pa’lante, en los meses que caminan y trotan, se mantiene en comunicación con ellos a través de las videollamadas y en donde unos y otros hablan y se miran y se cuentan cosas de las horas de cada día.
Entonces, es como si todos estuvieran reunidos en una comidita o cafecito familiar. Una cenita. Una comidita el sábado en la tarde con antojitos.

SEIS. Fuga de talentos

Partió de aquí cuando tocó puertas y ventanas laborales y todas cerradas.
Entonces, miró lejos y envió su currículo a varias industrias extranjeras con filiales en la república y con tan buen karma, los astros acomodados a su favor, que de pronto, lo llamaron de Cuernavaca.
Y desde entonces, escalando un nuevo peldaño, cada más arriba de las prebendas laborales.
Magnífico salario. Buenas prestaciones. Gran desarrollo humano. Y la perspectiva siempre de una mejoría.
En otros países ha encontrado lo que nunca, jamás, tendría aquí en Veracruz ni en el país.
Simplemente, un caso más de la fuga de inteligencias incandescentes y de talentos al extranjero.