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Martes 22 septiembre, 2020

El Chapito, bajo las cuerdas

Miguel íngel Yunes Linares tiene bajo las cuerdas a Joaquí­n Guzmán Avilés, lí­der del CDE del PAN. Guzmán ganó, cierto, la presidencia. Pero perdió el poder. El poder partidista encarnado por el jefe de los Yunes azules.
Incluso, semana anterior hubo cuando el presidente del CDE perdió los estribos y se le salió decir, ajá, que la militancia manda en Veracruz, y en ningún momento, los Yunes. Mejor dicho, el padre, el gobernador de 2 años, expriista.

Luis Velázquez

Yunes es como una pesadilla para el cacique único de Tantoyuca, su feudo. La prueba de fuego con la elección de candidatos a presidentes municipales y diputados locales y federales será el año entrante.
La región más álgida, polvorienta y encendida será la zona conurbada Veracruz-Boca del Rí­o. Pero al mismo tiempo, claro, el resto de Veracruz.
El equipo partidista de Guzmán Avilés, entre otros, Enrique Cambranis, Omar Miranda, Germán Yescas, Tito Delfí­n, Francisco Gutiérrez, casi casi su club de Tobi, querrán sus parcelas de poder con sus candidatos.
Y al mismo tiempo, el clan de los Kennedy de Boca del Rí­o presionará para los suyos. Y aun cuando el pastel es grande (212 alcaldes, unos ochocientos sí­ndicos y regidores, 50 diputados locales, 30 diputados federales), el choque de trenes será duro, intenso, volcánico, porque miles son los aspirantes.
Más, porque el PAN es el primer partido de oposición en Veracruz, con un PRD noqueado y un PRI aleteando de muerte.
Más, porque el politólogo del barrio asegura que el año 2024, elección de gobernador, pasa por el año 2021, el próximo, pues la premisa universal asienta que el grupo polí­tico adueñado del mayor número de presidencias municipales posibilitarí­a el éxito electoral en las urnas para entonces.
Se ignora si los Yunes y los Guzmán Avilés llegaran a pactar. De lo contrario, con todo y su fortaleza, el PAN, solo y escindido, nada es ni será… ante MORENA y sus tribus polí­ticos enquistados en el poder estatal y federal.

PUNTOS DE DESENCUENTROS

López Obrador, por ejemplo, gobierna hoy en diecisiete de los 212 municipios. Y por eso mismo, el gran reto electoral es aumentar el número de demarcaciones locales. Y apostará todo.
También, claro, para seguir gobernando en los municipios más fuertes, como hoy, en Coatzacoalcos, Minatitlán, Xalapa y Poza Rica.
Y desde luego, conservar la mayorí­a en el Palacio Legislativo.
Entonces, la batalla será canija.
Pero si de aquí­ para entonces (hacia el segundo trimestre del año entrante el semáforo verde en cada partido para definir el nombre de sus candidatos), el PAN y partidos anexos y conexos se fracturan, la derrota en las urna será inminente.
Han entonces, los Guzmán y los Yunes buscar puntos de encuentros. Y desde ahora, para fortalecerse en la unidad.
Unos buenos operadores y diplomáticos polí­ticos al frente para cicatrizar las heridas e integrarse.
Más, cuando la autoridad ya izó la bandera de inicio del proceso electoral para los diputados federales.
Y es que en el fondo del corazón azul del cacique de Tantoyuca, el pueblo donde manda como jefe máximo y en todo, germina un resentimiento inacabable en contra de Yunes Linares.
Uno. Guzmán se puso a su servicio cuando iniciaba como panista en la campaña electoral de Vicente Fox y Felipe Calderón.
Dos. Guzmán “se le tiró al piso” cuando fue candidato a gobernador y hasta sirvió de Celestino con las elites panistas del estado de Veracruz.
Tres. Guzmán habrí­a financiado parte de la campaña, sobre todo, en el norte.
Cuatro. Guzmán soñaba con la secretarí­a General de Gobierno, pero Yunes lo enví­o a la secretarí­a de Desarrollo Agropecuario.
Cinco. En SEDARPA, Yunes le redujo el presupuesto anual de mil 500 millones a 500 millones y Guzmán aguantó vara.
Seis. Yunes lo apartó de la vida polí­tica panista y de hecho y derecho, lo arrumbó.
Siete. Yunes se opuso a su candidatura a presidente del CDE del PAN y lanzó a su candidato, y en dos ocasiones, José de Jesús Mancha, a quien, además, beneficiara con obra pública y por dedazo.
Ocho. En la campaña electoral partidista, la ruptura entre ambos fue concreta, especí­fica y maciza.
Guzmán Avilés ganó la presidencia en segunda vuelta, pero Yunes, todo indica, conserva el poder. “Haiga sido como haiga sido”, se ha impuesto.
Guzmán negocia y bien o los Kennedy de Boca del Rí­o le pisarán la sombra.

“LA JOYA DE LA CORONA”

Se verá con mayor intensidad en Veracruz y Boca del Rí­o. En ambos municipios, cada parte tiene sus candidatos a las alcaldí­as.
Y aun cuando el pastel alcanza para las partes, la llamada “joya de la corona” es la alcaldí­a jarocha. Mil 400 millones de pesos de presupuesto anual. Más los negocios lí­citos e ilí­citos.
Guzmán, con Bingen Rementerí­a. Y los Yunes, con Marí­a Josefina Gamboa.
La encuesta, dicen, será indicativa y significativa. Pero, primero, todas las encuestas son manipulables. Y segundo, las presiones y represiones serán definitivas.
Y de entrada, en la cancha yunista hay más experiencia polí­tica y partidista, dispuestos a quedarse con todo, pues en el palenque trasciende ya que Miguel íngel Yunes Márquez buscará la candidatura a diputado federal y su hermano Fernando quizá también para seguirse preparando para el año 2024 con la elección del candidato a gobernador, la silla por la que también suspiran Guzmán Avilés y el senador Julen Rementerí­a.
Pasioncillas polí­ticas les llamaba José Vasconcelos Calderón, el Súper Muchacho de Francisco Ignacio Madero.


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