A: El rastro sangriento de cientos de asesinados y que van desde mujeres, niños y ancianos hasta jóvenes, activistas sociales, taxistas, polí­ticos, lí­deres partidistas y empresarios, gente sencilla y común.
B: La gente evitando hablar de los carteles y cartelitos, temerosa de que sean espiados, y de pronto, se vuelvan ví­ctimas.

DOS. írbol que crece torcido…
C: La población electoral evitando hablar del góber jarocho de Amlove por temor a represalias. Y si en la plática aborda el asunto, entonces, habla en voz baja, incluso, como aquel priista que se tapa la boca lleno de miedo de que el vecino sea “un oreja” y sepa leer los labios y tenga broncas por ahí­.
D: De pronto, mientras en otros meses, la gente hablaba del góber fifí­ y sabadaba, ahora, nadie. Quizá porque tanto ha desencantado que dejó de significar tema de interés. Acaso porque sientan que a ningún lado se camina porque “árbol que crece torcido jamás la rama endereza”.

TRES. Espí­as por todos lados
E: La certeza de que hay “orejas”, los famosos espí­as de cada sexenio gubernamental, y hasta teléfonos ocultos en los restaurantes y las cantinas.
F: Una percepción que, incluso, se deriva de los llamados “orejas” en el gremio reporteril, además de los Carteles de Periodistas al servicio del mejor postor.
G: Las mujeres hablando pestes del góber de Amlove en las tardes pasteleras y en el descanso en la zumba y hasta evidenciando su virilidad.

CUATRO. Conspiración en Veracruz
H: La sensación de que un conciliábulo de un trí­o de priistas, panistas o perredistas se vuelve una conspiración en contra del gobierno de Veracruz.
Más todaví­a cuando en la plática llegan a la conclusión de que el góber y MORENA serán derrotados en las urnas en la elección de presidentes municipales y diputados locales y federales de mediados del año 2021, y lo que significarí­a un revés sustancial.
Habrí­a de recordarse la denuncia mediática en el Congreso de la Unión de la senadora morenista, Gloria Sánchez, de haber descubierto una conspiración periodí­stica en contra del gobernador.

CINCO. Soberbia polí­tica
I: Antes, los ciudadanos interesados en la vida pública hablaban sobre el nepotismo, el tráfico de influencias, el conflicto de intereses y la compra por dedazo de las patrullas, las ambulancias y las medicinas cometidas por el gobierno del estado.
Ahora, ya nadie, pocos quizá, excepcionales, se ocupan del tema. Caso cerrado dirí­a la doctora Polo.
Aún más: si en un principio el tema de una plática, un café, una copita de vino, un desayunito, era la soberbia de la dinastí­a polí­tica de MORENA en el palacio de gobierno de Xalapa, ahora, parece, ha sido borrada del tema.
La soberbia parece, más bien, significa parte consustancial de la naturaleza polí­tica. Ser polí­tico convalida la altivez y el desdén.

SEIS. Iluminados de la izquierda
J: Desde mediados del siglo pasado, los priistas ejercieron el poder y creyeron iluminados y mesiánicos.
Hoy, la izquierda gobierna y son iguales o peores, porque hacia mediados del año 2018 levantaron muchas, demasiadas expectativas.
Y como cada jefe de familia vive de prisa y con prisa para llevar el itacate a casa (6 de los 8 millones de habitantes de Veracruz en la miseria y la pobreza), entonces, la elite gobernante va por un lado y la población electoral por otra y que cada parte se rasque como pueda.