Veracruz Es Una Fiesta
•Educación en línea
•Falla de S.E.V./S.E.P.
•Traumática vivencia
Por Luis Velázquez
Hoy termina la primera quincena del salón de clases en línea. El domingo será Semana Santa y también comenzará el horario de verano y las vacaciones. Pero la experiencia para los estudiantes del bachillerato...
y universidad es traumática.
Simple y llanamente vivieron una pesadilla atroz.
Una. Los profesores fueron con todo, sin dejar tiempo a los chicos para respirar. Les ganó el síndrome de la desesperación y como unos loquitos encargaban mucha, demasiada, excesiva tarea.
Dos. Los alumnos debían entregar la tarea el mismo día, a un horario determinado, y con lo que el estrés alcanzó niveles insospechados en la mayoría de los educandos.
Tres. Los profesores fueron agarrados con tanta sorpresa que su única tabla de salvación (para ellos) fue llenar y atipujar de información a los chicos, sin un respiro para que la pudieran procesar.
Cuatro. Y si de por medio estaba la advertencia de que "la letra con sangre entra" y debían cumplir a fuerza, entonces, muchos chicos a punto del paro cardiaco.
Cinco. Por eso, las conclusiones de la primera quincena de clases en línea en el tiempo amado del coronavirus desembocan en un solo acuerdo, colectivo, avasallante: Hay muchos, muchísimos maestros que nunca deberían estar en el salón de clases.
Y lo peor, tolerados por el cuerpo directivo de cada bachillerato y cada universidad.
Seis. Por un lado, la desidia y falta de conciencia pedagógica de la secretaría de Educación de Veracruz y de la secretaría de Educación Pública.
Siete. Y en el caso de las escuelas privadas, por ejemplo, y que debieran ser vigiladas por la autoridad, la existencia de maestros incapaces en la tecnología se debe a que los dueños, los magnates educativos, los fenicios de la educación, se resisten a pagar sueldos con justicia laboral y entonces contratan a los menos capacitados y a quienes pagan salarios de hambre.
Ocho. Y lo peor entre lo peor, contratan en los colegios particulares a profesionales sin experiencia educativa y que con frecuencia significa su primer chamba, pues hay muchos, demasiados jóvenes recién egresados de la universidad, y quienes improvisan.
Y el único daño pedagógico es para el alumno.
Para fortuna de todos ellos, la pesadilla terminará hoy y vendrá Semana Santa con una quincena de vacaciones, aun cuando luego de disfrutar en casa, acuartelados por el covid, regresarán al infierno.
El infierno de la educación en línea... y que de por sí constituye un infierno en el salón de clases con profesores imberbes, recién habilitados, sin fogueo en el campo de batalla, sin una técnica pedagógica.
EDUCACIÓN DESPLOMADA
En tales circunstancias, la secretaría de Educación de Veracruz y la secretaría de Educación Pública cumplieron, digamos, la tarea en la crisis sanitaria.
Pero al mismo tiempo, flotaron en la superficie las terribles y espantosas deficiencias que tienen a Veracruz en el sótano de la calidad educativa nacional.
Desde la SEV podrían quizá decir que lo importante es salvar vidas en el tiempo del coronavirus, cuando la gente está muriendo en sus casas y en las calles y avenidas.
Cierto.
Pero al mismo tiempo, ninguna razón de peso y con peso para desatender la calidad educativa, con o sin COVID 19.
Y más cuando tantos antecedentes hay de la educación en línea.
Y cuando hay telesecundarias en las regiones suburbanas, rurales e indígenas, con maestros con muchos años de experiencia.
Y cuando existe la universidad virtual en las zonas indígenas.
Insólito, por ejemplo, que los profes enloquecieran en línea encargando demasiada tarea a los chicos y llenándolos de información sin procesarla y solo, digamos, para salir del paso.
Si las condiciones fueran dadas se armaría una resistencia pacífica insólita con los estudiantes del bachillerato y universidades protestando en la calle por las grandes deficiencias de la educación en línea.