La gloria vana
•Frases ocurrentes
•Así se gobierna...
UNO. La gloria vana
La vida de los políticos de Veracruz es así. Y como dijera Albert Camus, “en la gloria vana”.
Por ejemplo:
Cuando el presidente del CDE del PRI tiene poder, camina como
Luis Velázquez
pavo real. Y cuando está sin poder, camina como un autómata.
La frase bíblica y el hecho más memorable de la primera Fiscal de Veracruz en toda su historia, Verónica Hernández (prima de la segunda del “H”) es la siguiente:
“Aquí mando yo”.
Y como dice el adagio popular, “por sus palabras los conoceréis”, o también, “el pez por su boca muere”.
En repetidas ocasiones los adversarios y enemigos se han refocilaron cacareando la renuncia del secretario General de Gobierno, Éric Cisneros, y de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez, pero la única cesada fue la Contralora, Leslie Garibo, y en quien nadie pensaba, y sin rendir cuentas a nadie en el tiempo de la 4T y la honestidad valiente y la transparencia.
El recuerdo político más memorable es la foto aquella circulando en las redes sociales de “El besucón”, el secretario de Salud, y del alcalde jarocho, Fer Yunes Márquez, con su águila mortífera de palomas posando en su brazo derecho.
DOS. Frases ocurrentes
Si la política puede medirse con frases celebérrimas, entonces, Eric Cisneros habría rebasado a la Fiscal cuando advirtiera a la mitad de la población y a la otra mitad:
“No soy busca/chambas”.
También, claro, cuando exclamara a voz en pecho:
“Soy honesto”.
Ningún otro político ha fomentado “los espejismos de la prosperidad” (Carlos Monsiváis de Porfirio Díaz Mori) como el góber jarocho de AMLO.
Muchas expectativas fueron levantadas en el verano del año 2018. Y un año y meses después, el desencanto, sin contar el desaguisado con los indígenas de Soteapan a partir de la presa Yuribia y el desaguisado con los indígenas de Soledad Atzompa en que lo acuartelaron a pesar de que llegara al pueblo con una tanqueta y veinte camionetas rellenas de policías… por si las dudas.
Y más, porque, digamos, en Soteapan el góber acuñó aquella frase memorable de que “yo soy indígena igual que ustedes. Me llamó Cuitláhuac y todos mis hermanos tienen nombres indígenas”.
TRES. En la mesa de los sacrificios…
Quizá el éxtasis político se alcanzó en el Congreso de la Unión cuando la senadora de la república, la profe Gloria Sánchez, descubrió un complot mediático en Veracruz para derrocar al góber.
Y cuando muchos meses después (hará un par de semanas), la ley Érika-Éric (de Érika Ayala y Éric Cisneros) sirvió para que los mal pensados y quisquillosos advirtieran la inminente renuncia del góber, el góber jarocho de AMLO les reviró de la siguiente manera: “No voy a renunciar, se les va a cebar a quienes piensen así".
El góber, pues, inmolándose en la mesa de los sacrificios, inmunizado porque es un góber fifí, sabadaba y catrinero.
Y si en los últimos catorce meses que ya van del sexenio guinda y marrón la plaza pública se ha llenado de esperanzas para pacificar Veracruz, ha de recordarse al emperador Adriano en el libro de Margarite Yourcenar de que “toda esperanza es absurda y penosa”.
Y “absurda y penosa” porque millón de veces preferir el camino de los hechos concretos y específicos al terreno peligroso y riesgoso de las ilusiones y utopías, pues la venta de esperanzas es como una emboscada social a las mujeres y a los hombres, tan necesitados y urgidos de tener confianza en los hombres públicos.
Pero, bueno, “ahí la llevamos” como dijera “El dos del palacio” a propósito de los feminicidios… hasta que en las urnas se defina o redefina el futuro incierto.