La política, una telenovela
Los tiempos, claro, con MORENA en Veracruz, están, estarían, parece, cambiando. En todo caso, iguales, igualititos a la era priista y panista.
Por ejemplo:
Fidel Herrera Beltrán creía en los santeros de Cuba y cuando podía viajaba en el avión especial a La Habana para que le leyeran la suerte.
Luis Velázquez
Javier Duarte creía en el karma y en la vibra y la protección sobrenatural.
Miguel íngel Yunes Linares profesa, parece, la religión yoruma y se siente blindado, igual, por ejemplo, que varios panistas.
Ahora, y cuando han pasado las comparecencias en la LXV Legislatura de los secretarios del gabinete legal del gobierno del estado, un secretario, el de la SEV, aterrizó en el Congreso con un montón, digamos, de acarreados para el festín de los aplausos.
Entonces, un reportero le preguntó y reviró así, mesiánico, como en los mejores tiempos stripperos de su vida:
¡No son acarreados! ¡Son mis fans y seguidores y vinieron por voluntad propia!
Y, bueno, si algunos le creyeron allá cada quien, considerando que cada sacerdote laico tiene su capilla y aun cuando cada tarde para rezar el rosario vayan unos cuantos, sus feligreses son.
El éxtasis fue cuando el secretario de Salud compareció en el Congreso local.
Con su barbita de chivo tipo León Trotsky, y sin la legendaria y mítica bata que suele utilizar y más bien parece piyama, se hizo acompañar por un sacerdote y seguidores del incienso y le hicieron “una limpia” delante de todos, incluidos los diputados, digamos, de MORENA.
Habría deseado corretear a los malos espíritus, la mala vibra, los duendes del mal, mejor dicho, y como dijera el diputado morenista, expriista, expanista y experredista, ahuyentar “a los demonios que andan sueltos”.
Y, bueno, si Francisco Ignacio Madero y Plutarco Elías Calles creían en los médiums y los convocaban, y Jaime Maussan cree a ciegas en los extraterrestres, y Marta Sahagún hasta brujos tenía en Los Pinos, ¡qué más da que el titular de la SS se hiciera acompañar por unos chamanes.
Pero, y en el caso, se trata de un militante de la izquierda, aquellos que de entrada no creen en Dios ni en el Diablo ni en la Virgencita de Guadalupe ni en el Sumo Pontífice…
MESIíNICOS DEL PODER
La política, entonces, derivada en un espectáculo televisivo, una telenovela tipo Netflix con sus películas sobre los narcos.
El exhibicionismo puro. La charlatanería. Los políticos mesiánicos convencidos de que el Ser Supremo los envió a la tierra para salvar a la humanidad.
Y es que, caray, cada quien con su religión y creencias y su altar patrio, pero en todo caso, en casita, sin actos de fe pública con su sistema solar de devociones.
Poco faltaría que el titular de Salud vuele al cielo igual que Remedios la bella en la novelística de Gabriel García Márquez envuelta en una sábana blanca cuando tendía la ropa limpia en el patio de su casa.
Más todavía: “la limpia” del secretario de Salud pareciera camino derecho, derechito, a la beatificación terrenal purificando de paso a sus parientes “orgulloso de su nepotismo” en la nómina y a la compra por dedazo de las medicinas en nombre, ajá, de la crisis humanitaria de salud pública heredada, como ha dicho, por sus antecesores en el yunazgo, el duartazgo y el fidelato.
Quizá el funcionario, ex empleado de Yunes Linares como director en el Hospital Regional de Coatzacoalcos, vive en santidad y la expresó con “la limpia”.
Pero cada quien sus creencias y religión, nunca será el puesto el que haga y dignifique y enaltezca al hombre, sino el hombre al cargo público.
Y la grandeza de un estadista jamás está ni estará en la denominación del cargo público (alcalde, síndico, regidor, gobernador, secretario del gabinete legal, diputado local o federal, senador) sino en la alteza de miras sociales del político para honrar el puesto.
Y “la limpiecita” en el Palacio Legislativo, además con “acarreados” como ángeles custodios, todos en su viaje esotérico, evidencia el estilo personal de ejercer el poder.
El Congreso, pues, como el templo religioso para corretear a los demonios, los malos espíritus y a la gente poseída por el diablo.
Ningún bienestar colectivo habrían recibido para enaltecer su calidad de vida el millón de campesinos y los dos millones de campesinos y los tres millones de obreros con “la limpia” del secretario de Salud.
Pero, bueno, el cargo público suele marear y enloquecer a las personas que ocupan la silla embrujada.
Además, caray, la vida republicana, con o sin República Amorosa, con o sin Cartilla Moral, con o sin la 4T, merece respeto.
Además, “las limpias” y los santeros y los brujos y los chamanes y los extraterrestres y los médiums y las oraciones católicas y los atalayas, anexos y conexos, nunca surten efecto. Son faramallas. Absurda venta de esperanzas, ilusiones y utopías. “Tomaduras de pelo”.
Un médium le dijo a Francisco I. Madero (y un médium encarnado en Benito Juárez, se dijo siempre) que se lanzara de candidato presidencial porque derrotaría Porfirio Díaz.
Pero el médium omitió advertirle que lo matarían a los quince meses y sería traicionado por su amigo Victoriano Huerta, ansioso y enloquecido por ocupar la silla presidencial.
Un médium dijo a Plutarco Elías Calles en una sesión espiritista en Los Angeles que regresara a México porque destronaría Lázaro Cárdenas y otra vez mangonería la silla presidencial y le falló.