Medellín: pueblo chico, infierno grande
*El alcalde juega nintendo, pero busca imponer al sucesor en palacio
*El caciquito que colecciona autos, viajes, gatos y un club de fans
*De 30 años de edad, calculan su fortuna en 20 millones de pesos
Le apodan “El gato”; también “El gato con botas”. A su hijo le dice “mi gatito”; a su esposa, “mi gatita”.
Y no es porque, como afirman las malas entrañas, sea “un gato” del constructor Luis Barquín, el dueño de Medellín, el jefe máximo en SAS, Sistema de Agua y Saneamiento, aquel a quien el huracán Karl se llevó su fraccionamiento Puente Moreno y desde palacio de Xalapa dijeran que ni un permiso más le otorgarían para construir unidades habitacionales.
Luis Velázquez
Le dicen “El gato”, porque igual que los escritores Ernest Hemingway, Julio Cortázar y Carlos Monsiváis, adora a los felinos y tiene cinco en su casa.
Es Marcos Isleño Andrade, el alcalde de Medellín, que ganó la presidencia municipal cuando dos años antes entró al concurso en el pueblo “El rey del mango” y ganó en una reñida competencia.
Así desfiló en la fiesta del pueblo, vestido de mango, un pantalón entallado al estilo Elvis Presley, color rojo mango petacón, y bailando en el carro alegórico con meneítos y pujiditos tipo María Victoria, famosa por sus caderas, ganó la simpatía electoral.
Contador público de la Universidad Veracruzana, de 30 años de edad, tiene fama de emborracharse con una “chelada”. Originario de la comunidad “La laguna”, tiene una fortuna de unos 20 millones de pesos, luego de la tesorería municipal en el trienio anterior y de haber traicionado al presidente, su cuate, Rubén Darío, quien le abriera la puerta para la silla edilicia.
Años antes trabajó en el SAT de la Secretaría de Hacienda, filial en el puerto jarocho, y ahí, dice su biógrafo, aprendió el truco de engañar al fisco y asesorar a los contribuyentes ricos.
Y ahora, cuando le faltan diez meses para el fin del mandato presidencial, Marcos Isleño sueña con imponer al sucesor en la alcaldía.
SUS TRES TRISTES TIGRES
Y juega en el escore con los siguientes candidatos:
1.- Pedro Delgado, originario de Playa de Vaca, su cuñado, esposo de su hermana Bertha, y a quien nombró director de Protección Civil.
2.- Fernando Escamilla, director del DIF.
3.- Cipriano Hernández Romero, el famoso cantante de Medellín del concurso “Cantando por un sueño” de Televisa, y al que designó director de Fomento Agropecuario, pero quien mirando la preferencia de Isleño por los dos anteriores, anda por la libre.
En el otro lado del ring electoral, Isleño enfrenta a un dinosaurio: Pascual Lagunes Ochoa, líder del sindicato de TAMSA desde hace 20 años, dueño, registra la fama pública, de 800 hectáreas, mil cabezas de ganado y seis caballos de carreras, de los que cuatro juegan en el Hipódromo de las Américas.
Y aun cuando Lagunes Ochoa enfrenta una sublevación obrera en TAMSA, tiene fuerza física y política para imponer a su esposa como candidata priista a la alcaldía de Medellín.
Y por eso mismo, el líder sindical y “El gato”, el alcalde, se pelearon, como hordas priistas atrás del presupuesto municipal, el poder político, el poder económico.
Agazapado en la oposición, el empresario Rafael Fuster buscó la misma alcaldía en el año 2010, pero por Convergencia de Dante Delgado, y ahora otra vez la busca, pero por el PAN.
Bien lo dice el sabio del pueblo: “Pueblo chico, infierno grande”.
UN CANTANTE EN SU CONTRA
Desde hace un mes, una semana, “Don gato” tiene abandonada la alcaldía. Con su imagen pública deteriorada, le dio, incluso, por despachar meses atrás en la tesorería. Y si los proveedores lo descubrían, entonces se fugaba por la ventana, como todo un mocoso berrinchudo y caprichoso.
Luego, se soñó candidato a diputado local suplente de Salvador Manzur Díaz, pero como Manzur ha decidido terminar la alcaldía, entonces, se frustró, y ni siquiera su jefe, Luis Barquín, le ha levantado el ánimo.
Tampoco, claro, su club de fans, integrada por muchachitas.
Es más, en los últimos días en el palacio se pasaba las horas jugando nintendo y revisando en internet la lista de nuevos automóviles de lujo y deportivos que suele coleccionar, pues por ahora tiene cuatro, entre ellos: un Audi, una Montero (que acaba de vender) y una Suburban.
Y por si fuera poco, planeando viajes al interior del país, que tanto le gustan, donde luce su ropa de marca, el reloj Rolex, junior que se siente, aun cuando proviene de una familia humilde, galán tipo Pedro Páramo en su hacienda de Comala, según la novela estelar de Juan Rulfo.
Todos, en el pueblo, lo saben: Marcos Isleño hace clic con la gente. Tanto, que con frecuencia actúa como “un igualado”, quizá en nombre de la camaradería jarocha.
Ah, pero eso sí, ha sido generoso con Luis Barquín, a quien ha integrado entre el 80 y el 90 por ciento de la obra pública de Medellín, a través de las empresas Inmobiliaria y Constructora Ruiz y Urbanizadora Medellín.
Entre ellas, y por ejemplo, el concreto hidráulico en El Tejar, la gran avenida para llegar a un Medellín desolado, donde sólo luce el parque del pueblo, también, claro, construido por Barquín.
En 2010, luego de su triunfo popular como “El rey del mango”, amarró la alcaldía con el Partido Verde y con el dedazo de Jorge Alejandro Carvallo Delfín, uno de los líderes del Congreso jarocho, a quien, ni hablar, le debe todo, y también, por supuesto, ha sido recíproco.
Pero con todo, el cantante de Medellín, Cipriano Hernández, sin un centavo y sólo con su voz de oro, puede acabar con las ínfulas caciquiles de “Don gato”, famoso también en el pueblo por tantas novias que ha tenido…, bueno pa”™la enagua.
sosa 04 Dic, 2013 - 18:03
Todo lo que dicen es cierto, todo. Y quienes lo conocen saben que hay más escoria en su putrefacta vida.
alejandro 25 Nov, 2013 - 16:02
Y encima las golpea, pa politico de pacotilla... http://adolfozapata.wordpress.com/2013/11/25/edil-marcos-isleno-andrade-golpea-con-sana-a-su-pareja-justo-el-dia-en-que-se-pide-erradicar-violencia-contra-la-mujer/