Fidel Herrera Beltrán, el góber fogoso, y Miguel íngel Yunes Linares, el góber electo.
Hijos del mismo padre putativo, Rafael Hernández, el góber ranchero de 1984 a 1980. Claro, en aquel entonces, don Rafael llevó de la mano a Miguel íngel y en menos de un sexenio le confirió 6 cargos públicos. A Fidel, por el contrario, le llamaba “tí­o Fide”, porque en el Congreso de la Unión, donde era diputado federal, cabildeó para su candidatura, descarrillado en 72 horas Manuel Carbonell de la Hoz.
Moreno, morenito, de ojos negros, Fidel, y gí¼erito de ojos azules, piel blanca (una reportera le llama “guapérrimo” en sus columnas), los dos tuvieron quí­mica. Luego, hicieron corto-circuito. Desde entonces, y “haiga sido como haiga sido”, viven para odiarse.
A tono con Levi-Strauss, que relata la cultura polí­tica en la civilización china, los dos convirtieron la polí­tica en una ideologí­a fundamentalista. Yo soy la verdad, tú eres el corrupto, fue y es el lema de los dos examigos.
Sobrevivientes a más de seis gobernadores, cuando la vida pública “es un tragadero de hombres”, los dos son actuantes. Yunes, a un mes de asumir la gubernatura por la que Fidel ya pasó. Fidel, en su primer cargo diplomático. Cónsul de Enrique Peña Nieto en Barcelona.
Los dos, igual de ricos.
Los dos, acusados en su tiempo de enriquecimiento ilí­cito.
Fidel, ya pasó la prueba de fuego de la tentación millonaria que significa el trono imperial y faraónico. Miguel íngel, listo para emprender el camino largo de dos años, 24 meses, incluso, con más suerte pues jugará en las grandes ligas de la candidatura presidencial de su partido, el PAN, luego de 26 años de militancia priista.
Uno otro, y en corto, deslumbran y cautivan. Pero también, son manipuladores.
Luego de más de 40 años de práctica polí­tica, la vida los convirtió en unos dinosaurios luchando única y exclusivamente por el poder, sin ningún interés social de por medio.
En el discurso de los dos los pobres y los miserables y los jodidos y los desempleados y los subempleados y los salarios de hambre y la inseguridad y… todo lo demás.
Pero al mismo tiempo, seguros y conscientes de que así­ se posibilitan de cara al futuro que sigue.

DEL MAXIMATO A LA YUNICIDAD

Fidel, cerca, cercaní­simo a Luis Echeverrí­a ílvarez, quien lo enviara a Londres para un posgrado.
Miguel íngel, cerca de Carlos Salinas ví­a Patricio Chirinos Calero, pero cerca, cercaní­simo a Vicente Fox y Felipe Calderón.
Fidel, amigo de Enrique Jackson, José Murat y Manlio Fabio Beltrones, entre otros.
Miguel íngel, cerca de Jesús Murillo Karam, Miguel íngel Osorio Chong, Beltrones y Emilio Gamboa Patrón, entre otros.
Incluso, con Gamboa Patrón, juntos para la historia en el libro “Los demonios del Edén” de la escritora y reportera y activista social, Lydia Cacho.
Fidel, soñó con el Maximato (oh Plutarco Elí­as Calles, imponiendo a cuatro presidentes de la república (Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio, Abelardo L. Rodrí­guez y Lázaro Cárdenas del Rí­o) y que en el lenguaje priista significa perpetuarse en el poder.
Pero fracasó. Javier Duarte descarriló el sueño.
Miguel íngel, soñando con heredar el poder a sus hijos Miguel íngel y Fernando Yunes Márquez.
El mapa polí­tico seguirá igual. La vieja e implacable lucha por el poder. Más aún, uno y otro adictos al poder. El poder como camino infalible para enriquecerse lo más pronto posible. México, uno de los paí­ses más corruptos del mundo.
Si es cierto como preconizan los teóricos que lo fundamental es la democracia, a ninguno ha interesado.
Y un polí­tico incapaz de garantizar la justicia social es un hombre fracasado.
Muchos años después, Fidel, mayor, entrando al cenit polí­tico, aun cuando en la filosofí­a de Jorge Uscanga Escobar, “ningún polí­tico está muerto”.
Y Miguel íngel, a punto de alcanzar el sueño acariciado durante un par de décadas. “Nos tardamos 25 años, pero llegamos” dijo Carlos Salinas presidente a su padre.

LOS KENNEDY DE NOPALTEPEC Y LOS KENNEDY BOQUEÑOS

El peor descrédito de Fidel en su vida pública: heredar el poder sexenal a Javier Duarte, el fugitivo de la PGR.
El peor escándalo de Miguel íngel: su nombre en el libro “Los demonios del Edén”.
El hijo de Fidel, Javier Herrera Borunda, diputado federal, anotándose para la candidatura a gobernador en el año 2018, por el PVEM, empujado por su amiguito, el góber ken de Chiapas, Manuel Velasco Coello, y/o por el PRI.
Los hijos de Miguel íngel, listos, uno, para la alcaldí­a jarocha, y el otro, para la senadurí­a y/o el trono imperial y faraónico.
Los Kennedy de Nopaltepec y los Kennedy de Boca del Rí­o.
Uno, Fidel, hijo de una señora, profesora, que hací­a tamales, longaniza y cocadas para ayudarse en el ingreso familiar.
El otro, Yunes, hijo de un fabricante de escobas.
Seis de cada diez habitantes de Veracruz que según el CONEVAL están acorralados y sin salida en la miseria, la pobreza y la jodidez, los saludan, muchos quizá con la mano tendida para un mendrugo, digamos, un trocito de merengue del gran pastel que significan los cien mil millones de pesos anuales del presupuesto oficial.
Más “lo que caiga”.