Pero Martí­nez de Leo, tan arraigado en el sur de Veracruz, en Acayucan con su rancho Potomac, ha seguido convirtiendo su feudo en el mejor rancho agrí­cola de norte a sur de la entidad jarocha, por encima, digamos, de los ranchos El relicario de Édgar Spinoso Carrera, en Nautla, y de Marcelo Montiel Montiel, a la altura de El armadillo.

Incluso, el jefe del clan de “Los bembones” ha alardeado que cuando Javier Duarte fuera candidato a diputado federal y a gobernador, incluso, sólo tení­a tres mosqueteros a su lado:

El primero, Arturo Bermúdez Zurita, premiado con la súper Secretarí­a de Seguridad Pública.

La segunda, Marí­a Georgina Domí­nguez, con la vocerí­a.

Y él, a quien sólo habí­an dado la CODEPA aun cuando, al mismo tiempo, abrieron espacio a su hijo, el pedagogo Antonio Ferrari Cazarí­n como titular de la COBAEV.

Luego, se pronto, se enfrió. Mejor dicho, lo enfriaron desde arriba.

II

La razón fue y es una sola: Martí­nez de Leo es amigo a prueba de bomba de Antonio (Tony) Mací­as, el abogado más influyente del Golfo de México.

Pero, además, y según las versiones, la amistad se ha convertido en alianza estratégica en material empresarial porque ambos, se afirma, caminan juntos en un gran proyecto en el sur de Veracruz.

Se llama Agroparque y está ubicado para aterrizarse en Ixhuatlán del Sureste y, bueno, y como afirma el ideólogo de la psicologí­a humana, José Tomás Carrillo Sánchez, nada Entre Manuel Martí­nez de Leo y Tony Mací­as se fortalece una alianza empresarial para el Agroparque de Ixhuatlán del Sureste une tanto a cierto tipo de hombres y polí­ticos como la complicidad en los negocios.

Según se afirma, el proyecto está avanzado y aun cuando habrí­an logrado apoyos sustanciales de la Secretarí­a de Desarrollo Agropecuario de Veracruz, tocan puertas más importantes en la Secretarí­a de Agricultura, en el altiplano, tramitando recursos a ese bonito y mágico programa denominado “A fondo perdido”.

Y, bueno, de acuerdo con la Real Academia de la Lengua “A fondo perdido” es un fondo perdido de antemano.

Y que el Señor Todopoderoso cuide a todos.

III

En el sexenio del góber fogoso y gozoso, Tony Mací­as anunció en la prensa que se habí­a tardado unos ocho años para la primera fábrica de productos enlatados de un consorcio que aspiraba a integrar con unas 15.

Pero con el nuevo sexenio próspero, en un dos por tres redondearí­a su proyecto con el resto de las 15 fábricas pendientes.
Incluso, en el área de Isla y Rodrí­guez Clara, en Veracruz, y Loma Bonita, en Oaxaca, trascendió que de pronto andaba con el billete por delante comprando la cosecha anticipada de piña, a tal grado que los microempresarios se sintieron rebasados ante el derroche de Mací­as y sus limitaciones.

Ahora, con Martí­nez de Leo se habla de un agroparque en Ixhuatlán.

IV

Su vida ha estado ligada al escándalo.

Desde el cobro del impuesto predial a las instalaciones de PEMEX en Coatzacoalcos (citado en el libro “Las manos sucias del PAN” en un operativo con el alcalde Marcelo Montiel Montiel y el senador Fidel Herrera) hasta, digamos, la venta de terrenos de Nanchital a los brasileños del proyecto Etileno XXI.

También, en las últimas horas, el caso del holding periodí­stico de “Los heraldos”, propiedad de sus sobrinos, los hermanos Sánchez Mací­as, cerrado el primero de manera intempestiva, dejando a la deriva a un montón de empleados, tomados de sorpresa, una parte de los cuales interpusieron demanda en la Junta de Conciliación.

Su amistad con Pedro Joaquí­n Coldwell, secretario de Energí­a, lo perfila en los más altos vuelos del altiplano, más allá del localismo empobrecedor.

Polémico y controvertido, y de acuerdo con los hábitos y costumbres en un paí­s de componendas, todo es posible.