Expediente 2011
Reynaldo cruzó el pantano y nunca se manchó…
Luis Velázquez
10 de octubre de 2011

Entre 15 y 17 años después de estar caminando de manera ininterrumpida en la polí­tica como ningún otro polí­tico de Veracruz, Reynaldo Escobar Pérez hace un alto y de su destino en el futuro mediato e inmediato la vida decidirá.
Por lo pronto bastarí­a referir que en casi dos décadas, si se considera su paso como diputado local independiente, nunca, jamás, escuchó el canto de las sirenas de los cárteles de la droga ni de los mafiosos, ni tampoco, en consecuencia, ”˜”™metió las manos al cajón”™”™.
Y lo anterior establece un antecedente, si se considera su paso como alcalde de Xalapa, en un municipio, como de igual manera sucede en otras latitudes de Veracruz y del paí­s, circundado por narcotiendas, sobre todo, en las colonias populares y en los antros.
Y más, si se recuerda que los señores de la droga se multiplicaron en Veracruz, mí­nimo, desde el sexenio de Patricio Chirinos Calero, cuando José Albino Quintero Meraz, privado de su libertad en el penal de Almoloya, alcanzó la plenitud en el floreciente negocio en la zona conurbada Veracruz-Boca del Rí­o.
Pero además, ni en los seis años como secretario General de Gobierno con Fidel Herrera Beltrán ni en el casi primer año del sexenio actual, el ex procurador tuvo ligas con los barones de la droga, ni menos, mucho menos, favoreció negocios ilí­citos con la delincuencia organizada, ni se prestó a las cañerí­as del sistema.
A diferencia de otros polí­ticos bajo sospecha de haber cedido y/o tirarse al piso para el paso de los malosos, mantuvo una raya con el bajo mundo, incluso como encargado de la procuración de justicia en una entidad federativa cuyo territorio es disputado por dos cárteles, como ha dicho la vocera federal, Alejandra Sota.
Y en un estado del que el sacerdote José Alejandro Solalinde Guerra, director del albergue ”˜”™Hermanos en el camino”™”™ ha denunciado como ”˜”™la capital nacional del secuestro”™”™ debido a las ligas entre sicarios, agentes del Instituto de Migración y policí­as estatales y locales.
Y por añadidura, en una entidad que desde tiempos inmemoriales ha servido como territorio de paso de sur a norte tanto para la migración ilegal como para el traslado de droga a Estados Unidos, y en donde las fuerzas de seguridad han quedado tan enlodadas que por eso ”˜”™el mando único”™”™.
Por el contrario, en tanto otros polí­ticos han sido ubicados como hasta el ”˜”™Z-1”™”™ y de otros se afirma han suscrito pactos verbales con la maña, Escobar Pérez tiene una limpia hoja de servicios en la materia, y en otras más.

ÓRDENES DEL JEFE MíXIMO

De acuerdo con la ley, el secretario de Seguridad Pública de Veracruz desempeña tareas de prevención, mientras el procurador de Justicia de administración de una justicia ágil y expedita, en tanto existan recursos humanos, logí­sticos, operativos y presupuestales.
Por eso los más de 25 mil policí­as distribuidos de norte a sur, no tan solo para detener borrachitos en la ví­a pública y conservar el primer lugar en abusos, excesos y atropellos a los derechos humanos, sino en una tarea de profilaxis social que evite, entre otras tareas, el mundo turbulento que hoy, por desventura, padecemos.
Para eso mismo, entre otras dependencias, está el C-4, donde fluye y confluye toda la información estratégica, además, claro, de los reportes diarios de los comandantes de policí­a que permiten tener y seguir el pulso de cada dí­a, de cada hora, de cada semana.
Bastarí­a referir, por ejemplo, que si alguien está informado en un pueblo, en una ciudad, son, por un lado, los taxistas, por andar circulando de norte a sur y viceversa por calles y avenidas, y por el otro, los policí­as, quienes monitorean y calibran el termómetro social.
Seguridad Pública y la procuradurí­a de Justicia necesitan caminar juntas, de la mano, para garantizar a cada ciudadano y a cada familia la tranquilidad en la vida y en los bienes.
Escobar Pérez transitó 9 meses y dí­as como procurador sin aceptar presiones ni tampoco amafiarse con el bajo mundo ni volverse cómplice y/o aliado de los indeseables ni menos, mucho menos, distorsionar, maquilar, tergiversar la información, los hechos, los datos de la realidad inevitable.
Es más, nunca ni como secretario de Gobierno ni tampoco como procurador fue amenazado, intimidado, acosado y/o rafagueado, pues su desempeñó fue apegado a la Constitución General de la República y a las órdenes superiores, institucionales (cualesquiera hayan sido) del jefe máximo en turno.

ARRECIARíN LOS HURACANES

En la separación de Escobar Pérez se concitan otras circunstancias, entre ellas, las siguientes:
1.-Los 35 ajusticiados y tirados frente a plaza comercial ”˜”™Las américas”™”™ en Boca del Rí­o, el mismo dí­a de la cumbre de procuradores y presidentes de los Tribunales Superiores de Justicia de la nación, y que agarró de sorpresa a la elite federal y estatal, cuando, por ejemplo, en Veracruz ya existí­an dos mil marinos en un grupo especial para blindar Veracruz de los señores de la droga, y quienes con soldados patrullan, dí­a y noche, por cielo y tierra, las ciudades con tarjeta amarilla.
2.-El hallazgo de 32 cadáveres más en Boca del Rí­o en 3 casas de seguridad más los 4 muertitos en El coyol, del puerto jarocho.
3.-Pero sobre todo, el manejo mediático del asunto, pues varios funcionarios de primer nivel se contradijeron en la información.
4.-En la prensa defeña se registró un alud periodí­stico, tanta informativo como opinativo, en contra de Reynaldo Escobar, sin precedente, cuando menos, en la historia local, manifestando, sin duda, ”˜”™una mano que meciera la cuna”™”™, y que aun cuando pudiera focalizarse en Xalapa, también en el altiplano.
5.-Es más, en algunas columnas polí­ticas tanto del DF como de Veracruz llegó a expresarse una evidente manipulación de los hechos, anunciando la renuncia del procurador y que de algún modo reprodujera el mismo esquema manifiesto en la renuncia anunciada del secretario de Desarrollo Agropecuario, el fidelista José Tomás Carrillo Sánchez.
6.-Así­, la cuerda se rompió por lo más flojo. La rafagueada que mutiló la vida de 32 + 35 + 4 muertitos en el ”˜”™septiembre negro”™”™ de 2011 asestó el tiro de gracia al ex funcionario, cuando según la ley al procurador corresponde diligenciar la justicia a diferencia de la secretarí­a de Seguridad Pública, cuya tarea es la prevención del delito.
En todo caso, el dí­a en que el general Sergio López Esquer Rí­o decidió renunciar como secretario de Seguridad Pública, luego de que rafaguearan tanto su camioneta con su escolta como su residencia en Boca del Rí­o, pues, simple y llanamente las circunstancias lo habí­an rebasado.
A Escobar Pérez pudiera endilgarse la leyenda diazmironiana. Cruzó por el pantano y no se manchó. Otros, sabrá Dios. Por lo pronto, nadie dudarí­a de que en Veracruz arreciarán los huracanes, como el viernes 7, cuando por vez primera aparecieron (aviso preventivo de una modalidad) siete cadáveres en una camioneta Lobo y dos muertitos en un motel llamado (con toda ironí­a) ”˜”™Eros”™”™, pues el mayor placer sexual de la vida (aseguran quienes saben) es, por un lado, follar, y por el otro, morir en el intento…

TIPS PARA VIVIR MEJOR

Primer estribillo del PAN. Regreso PRI a Los Pinos, un riesgo.
Segundo estribillo del PAN. Solo panistas pueden con narcoviolencia.
Tercer estribillo del PAN. Nosotros somos honestos. Los otros, corruptos.
Incapaces de abatir narcos, gobierno impone mochilas transparentes a niños.
Xalapa brilla con Hay Festival y también con muertitos en motel Eros.
Porfa, parejas prohibidas, riesgo follar en moteles. También matan.
7 ejecutados y tirados en camioneta Lobo, modalidad de narcos en Veracruz.
Renunciado Reynaldo Escobar a procuradurí­a, todo mundo a la cargada en su contra.
¿Cuánto, y de dónde, gastará diputado local, Tomás López, promoviéndose para curul federal?
Cada semana en Xalapa un caso más de cáncer cervicouterino.
Insiste Enrique Levet en renuncia de Gonzalo Morgado al IPE. ¿De parte de quién?
Mujeres semiencueradas en mitin de panista Josefina Vázquez Mota.
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''Zeta-1'' vuelven a llamar a Fidel Herrera por narcoviolencia en Veracruz.
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