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Reportajes
Jueves 08 enero, 2015

Alcalde en desgracia

Edil en Medellí­n, Veracruz; está bajo sospecha de haber ordenado “un susto” al reportero Moisés Sánchez, secuestrado el 2 de enero
El PAN llevó al poder a Omar Cruz; pero el poder lo cambió y se entregó a Javier Duarte, gobernador priista
Afecto a las limpias de brujos, todas sus decisiones en el palacio las consulta con su esposa; la pareja ya es vista como ”Los Abarca de Medellí­n”


Ignacio Carvajal

  • Omar Cruz y Maricela Nava. ”Los Abarca de Medellín”

Los panistas no lo defienden y los priistas se aprestan a ponerlo como el primer polí­tico enjuiciado en Veracruz por un delito contra la libertad

Como candidato besó niños, saludó a campesinos y a amas de casa; caminó por las calles enlodadas de los pueblos de Medellí­n, gastó la suela y se llenó de cadillos la ropa en la zona rural; de ganar, prometió, encarcelarí­a a sus antecesores: Rubén Darí­o Lagunes, y su hijo putativo, Marcos Isleño Andrade, ambos del PRI; además, Omar Cruz Reyes ofreció todas las direcciones y puestos de confianza a nacidos en ese municipio, "Medellí­n para los medellinenses", decí­a. Pero no cumplió. La mayor parte de su gabinete lo integró con vecinos de Veracruz y Boca del Rí­o.

Omar Cruz no es panista de cepa. Llegó a la candidatura de ese partido gracias a los oficios de su cuñada, Hilda Nava Seseña, y de los tí­os de esta: el matrimonio formado por Salustia Nava Herrera y Maurilio Férnandez Ovando, expresidenta del sistema DIF y exalcalde panista de Medellí­n, respectivamente. Hilda fue asistente personal de Maurilio Fernández cuando fungió como alcalde.

Paralelamente, Omar Cruz Reyes creó una organización civil con sus siglas (Organizando Contigo el Rumbo) para operar entre ciudadanos de los nuevos fraccionamientos, como Arboleda San Ramón, Puente Moreno y Casa Blanca (juntos suman miles de votantes, en su mayorí­a provenientes de Veracruz y Boca del Rí­o).

Antes de las elecciones locales del 2010, y para ir ocupando espacio entre los ciudadanos, inició su lucha mediática, por medio de manifestaciones, contra Marcos Isleño Andrade (2010-2013) y Rubén Darí­o Lagunes (2007-2010), el edil al que los niños de primaria, en cada evento en escuelas, le hací­an burla porque cancaneaba al dar lectura a sus discursos.

Fueron al menos tres protestas contra falta de obras, de apoyos y abandono municipal las encabezadas por Omar Cruz contra Marcos Isleño Andrade. En esas protestas se encontraba, invariablemente, al periodista Moisés Sánchez, quien vio en Omar Cruz a un joven (27 años cuando se metió al proselitismo), sin vicios polí­ticos, sin "cola que le pisen", que hablaba bonito, estudiado, de la clase media trabajadora, con un discurso contundente contra Marcos Isleño y en favor de los ciudadanos. Ambos hicieron quí­mica. Y Moisés Sánchez se dedicó a seguirlo por las calles y a escribir notas sobre sus promesas y proyectos. Por fin un joven de El Tejar -la localidad más importante de Medellí­n- se fajaba para luchar contra los corruptos.

En la dinámica de "Medellí­n para los medellinenses", Omar Cruz le ofreció a Moisés Sánchez la jefatura de prensa si llegaba a la alcaldí­a. Así­ lo comentó con numerosos compañeros y era su gran ilusión en esos dí­as. Ser jefe de prensa en el palacio de su pueblo.

TAMBIÉN LE DIO LA ESPALDA AL PAN

A penas ganó, Omar le dio la espalda a sus promesas, y el puesto prometido al reportero se lo dio a una persona del puerto de Veracruz. Los sueldos no fuero los prometidos, ni las responsabilidades, ni las secretarias y auxiliares. Las direcciones de importancia se quedaron en manos de ciudadanos de la zona conurbada, y no en profesionistas militantes del PAN de Medellí­n. Las promesas de ese joven empresario, de apoco se fueron diluyendo, y varios bajaron del barco, "hay muchos que siguen; pero es por necesidad, pues el sueldo no les alcanza", dice una empleada de ese ayuntamiento a condición de anonimato.

Omar Cruz fue uno en las calles como candidato y otro ya como alcalde electo, en la mesa de Julen Rementerí­a y de Oscar Lara, exalcalde de Veracruz y el exdiputado panista, respectivamente. A ellos dos se atribuye el haber acercado a Omar Cruz con el gobernador Javier Duarte, con el PRI y con el panismo rojo -como coloquialmente se conoce a una corriente azul que con una mano golpea al gobierno de Veracruz y con la otra aprueban cada una de las mociones de Javier Duarte en sus ámbitos laborales -como la mini gubernatura-.

El distanciamiento de Omar con el PAN de Xalapa y el de los Yunes inició de a poco, un dí­a se le veí­a cerca de Raúl Zarrabal, diputado del PRI por Boca del Rí­o, en sus miércoles ciudadanos; al otro con alguno de los Yunes del PRI; al otro, con algún representante del gobierno veracruzano.

La relación de Omar Cruz con el duartismo se consolidó con el tema del Sistema de Agua y Saneamiento metropolitano (SAS), organismo paramunicipal el cual regula y administra el saneamiento y el abasto de agua en la conurbación Veracruz-Boca del Rí­o-Medellí­n, y en donde se manejan recursos millonarios que por siempre han estado en la opacidad.

A mediados del 2014, el alcalde de Boca del Rí­o, Miguel íngel Yunes Márquez amagó con salirse del SAS y administrar la infraestructura en su municipio desde su comuna. De forma independiente. Yunes Márquez ha señalado con pruebas la corrupción imperante en el SAS desde los tiempos de Yolanda Carlí­n -se hablaba de docenas de periodistas consentidos por Carlí­n en nómina-, lí­deres de colonias del PRI, etc; pero la debacle se generó con el arribo de José Ruiz Carmona -un prií­sta que tuvo muchos cargos públicos antes de lograr concluir una licenciatura a destiempo-, por quien el gobernador Javier Duarte modificó leyes para que el SAS pudiera ser administrado por Ruiz Carmona. Ruiz Carmona terminó su periodo en medio de cortes de energí­a por falta de pago, protestas por uniformes para obreros y denuncias del sindicato por aviadores, amantes, esposas y familiares de polí­ticos del PRI y del PAN incrustados en nómina como pago de cuotas y cotos de poder. Javier Duarte ignoró ese desaseo financiero y arropó a Ruiz Carmona en su gabinete, en donde lo nombro subsecretario de Desarrollo Humano en la SEDESOL.

Ante ese contexto, Yunes Márquez esperaba el apoyo de Omar Cruz contra el único priista en la junta de gobierno, Ramón Poo, alcalde del puerto de Veracruz, y meter orden en el SAS; sin embargo, lo dejó solo para apoyar al priista en un esquema de saneamiento del SAS por medio de la creación de otro organismo y sin hacer rendir cuentas a Ruiz Carmona, ni a los anteriores directores.

En Veracruz Puerto y Boca del Rí­o no habí­a evento de Duarte al que no asistiera Omar Cruz para buscar una mirada, aunque sea, un saludo, del Ejecutivo.

En los corrillos de Medellí­n se escucha a Omar Cruz presumir la amistad con Javier Duarte. "Entendemos los problemas de la sociedad por que los dos somos jóvenes", se le oí­a decir; ahora ni las llamadas telefónicas le contesta.

Y si en 1812, en este municipio, el militar y expresidente Nicolás Bravo le perdonó la vida a 300 combatientes españoles que habí­an caí­do prisioneros (y por ello lleva su apellido), todo apunta a que Omar Cruz no tendrá la misma suerte que eso españoles.

1.- Por primera vez, en el peor estado para el ejercicio del periodismo en América, el más tóxico para los reporteros, se cuenta con un presunto culpable de alto perfil por un delito contra la libertad de expresión

2.- Para el gobierno de Veracruz es una oportunidad de asestar un buen golpe al PAN en la conurbación de cara a las próximas elecciones federales de 2015.

Al dí­a de hoy, hasta el cierre de esta nota, ningún panista de peso se habí­a pronunciado por Omar Cruz. Ni el estatal ni Julen Rementerí­a ni Oscar Lara. Los panistas de Medellí­n están en las mismas, en el mutismo total viendo y dejando pasar la guillotina en manos del procurador, Luis íngel Bravo, que se acerca al cuello de Omar Cruz.

LOS ABARCA DEL MANGAL

Otra persona echada por Omar Cruz dice: "los mejores cargos, y salarios, para sus amigos. A los panistas activos los relegó y les dio cargos menores y con bajos sueldos. Es la queja muy constante.

"En mi caso, me salí­ por la paga, me prometieron 12 mil pesos al mes como directora, y me salieron solo con la mitad. Cuando a Omar Cruz le reclamé, no me dio la cara, me mandó a su esposa, Maricela Nava Seseña, la presidenta del DIF.

Maricela Nava y Omar Cruz, incluso, desde lo de Moisés Sánchez, son vistos como un sí­mil de la pareja presidencial de Guerrero, Los Abarca. Amos del dí­a y de la noche en ese municipio fuerte producto de mango manila, y calificados por la ocurrencia jarocha como "Los Abarca del mangal".

Al interior del palacio, de hecho, se dice que no hay decisión que tome Omar Cruz sin pasar antes por el filtro de Maricela Nava y su hermana, Hilda Nava Seseña, a quien Omar Cruz premió con la Secretarí­a del municipio.

Los tres viven bajo el mismo techo en el Residencial Marino, de Boca del Rí­o, donde, por muy barata, una casa fluctúa millón y medio de pesos, y eso, las más austeras. A cinco minutos de Plaza El Dorado, la de mayor plusvalí­a en estos momentos en Veracruz, tan exclusiva, que los hijos de los magnates veracruzanos arriban en yate -pues tiene marina- a comprar boletos para la matiné o para almorzar en alguno de sus restaurantes.

El fraccionamiento es custodiado por hermosas arboledas, conectado por la carretera panorámica Playa de Vacas-Boca del Rí­o, por cuyo sendero se ve alzar mansiones, salones de eventos de potentados, fincas y quintas empleadas para el descanso de fin de semana, siempre custodiadas por el remanso del rí­o Jamapa.

Omar, Maricela y Hilda usan camionetas del año. Los tres usan guardaespaldas y acuden en trí­o a sesiones de espiritistas.

"En los primeros dí­as de tomar el poder en el palacio en el municipio se vio el arribo de varios consultores espirituales (brujos) que llegaron a hacer una limpia", cuenta la fuente consultada.

En la oficina de Presidencia, ocupada seis años por priistas, se puso mayor empeño para sacar las malas vibras. Se colocaron cuarzos, se regó incienso, copal y toda clase de menjurjes con aroma a mercado.

Una vez “sacado todo mal espí­ritu”, el alcalde mandó colgar, en tamaño gigantesco, la imagen de su próximo santo: Javier Duarte de Ochoa, gobernador constitucional de Veracruz, se lee en grandes letras junto a la foto del cordobés.

Allí­ mismo, en otra pared, otro cuadro en negro y letras grandes: OMAR CRUZ, PRESIDENTE MUNICIPAL.

En su oficina, numerosas fotos de él, así­ como de su esposa y cuñada adornan el entorno.

En Presidencia, cuentan, Maricela Nava Seseña -conocida como la Monarca de Medellí­n- acostumbra despachar y regañar a los colaboradores.

"¿Por qué le pides tanto dinero a mi marido, que eres tan chingona o eres su amante?" dice la primera dama de Medellí­n a las colaboradoras que cuando reclaman el bajo salario a Omar Cruz.

El alcalde, cuando son temas de reclamos laborales, no los encara. Cuelga el teléfono y remite con su esposa o con la cuñada.

Así­ lo sufrió la exdirectora del DIF, Paula Aguilar Tlaseca, una de las primeras en bajarse del barco ante los malos tratos, el bajo sueldo y el poco reconocimiento profesional de los Abarca de Medellí­n de Bravo.

En los temas con ciudadanos, cuando se trataba de reclamos, las protestas poco le importaban: "Que se manifiesten, yo soy el alcalde", respondí­a a sus colaboradores cuando le poní­an sobre aviso de problemas sociales foco de inconformidad, como el haber iniciado un cobro anual por el servicio de limpia pública.

En la última manifestación de Moisés, en el palacio de Medellí­n, a mediados de diciembre pasado, reclamó por ese nuevo impuesto municipal y el incremento de la delincuencia común. Fue el encuentro más rí­spido pues Omar Cruz, cosa rara, encaró a los inconformes.

"¿Por qué proteges a la delincuencia?" increpó Moisés a Omar, pues no tení­a ni 48 horas del asesinato de un abarrotero para despojarlo de su camioneta.

"Yo no los protejo, lucho contra ellos, he pedido el Mando Único, a la Marina" le contestó Omar Cruz; pero Moisés no se quedó conforme y siguió lanzando crí­ticas por un altavoz, hasta que la empleada de confianza del municipio, Juanita León, le dio varias cachetadas a Moisés Sánchez.

A Omar Cruz no le quedó de otra más que marcharse sin antes ofrecer una disculpa a Moisés y la promesa de amonestar a la empleada golpeadora. Pero lejos de eso, lo que vino, por un amigo de Moisés, ha contado la familia, fue una amenaza... "Ten cuidado, Omar dice que te quiere pegar un sustito"...


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